El checkin fue tranquilo. Cuando llegué a la habitación, no lograba conectarme al wifi. Me bajé, hablé con el recepcionista. Dijo que no había problemas, pedí que subiera conmigo a ver el problema, contrariado, subió, me enseñó su móvil con señal. solicitó que yo reiniciara el dispositivo y bajó.
Como no lo conseguí, volví a bajar. Al lado de él, estaba otro señor tomándose una cerveza, le dije que seguía sin señal. Empezó a gritarme, solo pedí que lo revisara. En este momento, el otro señor, dijo que yo debería callarme, que yo subiera para no tener más problemas, en tono de amenaza. Les comenté que formaluzaría un reclamo, el recepcionista dio de hombros y el otro empezó a insultarme en otro idioma.