Hace dos años me hospedé allí por su excelente ubicación. En esa época por temas de Covid había varias limitaciones entendibles, lo que no me imaginaba era que todavía hoy, dos años después, siguieran existiendo.
Solo arreglan la habitación una vez a la semana y el desayuno exageradamente limitado y poco variado.
Lo peor, es que ahora cobran el parqueadero, algo inconcebible en Estados Unidos donde les sobra el espacio (no así, en Europa), las sábanas estaban rotas; eso también es inconcebible. Lo pensaré para volver.....