La habitación muy espaciosa. Pero eso fue lo único bueno. En la reserva que hice ponía claramente "vistas al océano". Nos pusieron en una planta baja a nivel del restaurante (a 2 metros de él, como se puede apreciar en las fotos 1 y 2) Evidentemente no se veía el océano, se veia el restaurante igual que los comensales nos veían a nosotros. Eso también implicaba, a parte de la nula intimidad, ruidos cuando arrastraban los containers de basura, por ejemplo.
El día de llegada no pudimos reclamar nada porque la recepción estaba cerrada y los teléfonos que teníamos no contestaban (salía una locución con el horario). Al dia siguiente reclamamos y se limitaron a decirnos que no habíamos especificado ningún requisito especial. No hubo manera de hacerles entender que un requisito especial es algo extra a lo contratado, y las vistas al océano estaba claro que lo ponía en la reserva.
Entre eso, que la limpieza de la habitación tampoco era muy buena y que estaba por debajo del nivel del parking (foto 3, desde la puerta de entrada) con los consecuentes ruidos de coches... decidimos marcharnos y perder la segunda noche que teníamos contratada. Como era de esperar, NO se dignaron a ofrecernos la devolución de esa segunda noche.