Pasamos tres días y dos noches y la verdad no tenemos queja, el hotel es muy acogedor, no te sientes como hotel, es más como una casa grande de cuatro habitaciones muy cómodas en el piso superior y abajo el comedor (restaurante) con vista al jardín que está bien cuidado y ayuda a dar un ambiente natural y tranquilo a todo el pequeño complejo. Cerca esta la playa, yo no lamento el que no este frente al mar pues la verdad es muy agradable el ambiente que no me hizo falta. A la playa puedes ir en carro o caminando, es una playa de surf y van muchas familias a que sus hijos aprendan sus primeras clases de surfeo ya que hay en la localidad varias escuelas, la playa en una zona tiene piedras pero con aquashoes se soluciona, además las olas son bastante seguras especialmente cuando baja la marea. Recomiendo el hotel, el mejor del Palmar, su comida es buena y un plato se puede compartir en dos si son de comer normal. Nosotros volveremos en carnavales.