El hotel es viejo pero está renovado. Sin embargo algunas condiciones antiguas lo hacen un poco incómodo (escalón para entrar al baño, el agua de la regadera se sale y hay que poner una toalla para detenerla, la taza del baño es minúscula, no está bien empotrada y es incómoda en general, la cortina no permite obscurecer el cuarto al ser más pequeña que la ventana. Los ruidos externos en fin de semana resultan incómodos. Vale la pena mencionar que el personal es muy atento, el desayuno extraordinario y está excelentemente bien ubicado. Es uno de esos hoteles que generan una sensación agridulce al tener muchas cosas buenas, pero demasiados "pequeños problemas". El precio es muy accesible. Esa es otra cosa a favor.