El comportamiento de la persona que nos recibió, fue de lo más antipático.Yo había avisado de que llegaríamos tarde, y a pesar de que la reserva era con media pensión, no nos ofrecieron siquiera agua, lo que molestó bastante a esa persona, cuando le solicité una botella, que por supuesto pensaba pagar, aunque con malos modos me dijo que no lo haría.
Debo decir que la señorita que nos sirvió el desayuno por la mañana, a cambio, fue de lo más agradable, sonriente y amable.
En estas fechas, que nadie viaja por placer, es cuando se aprecia más la atención del personal.