Nuestra experiencia en general no ha sido mala, aunque si que hay varios puntos que fueron negativos.
Estuvimos de viernes a domingo. El sábado en el desayuno buscaba leche que no fuera de vaca, ya que no me sienta bien, y el camarero al que pregunté (Vicente, si no recuerdo mal) me respondió muy borde y sin indicarme dónde podía encontrarla. Afortunadamente, otro camarero, Nacho, me buscó y persiguió para indicármelo y disculparse.
Las tumbonas en la piscina están muy cotizadas, y a las 9 am ya estaban todas ocupadas por toallas, aunque vacías, y eso que en las normas que nos dieron ponía que estaba prohibido.
Respecto a la habitación, era un 2° piso en el que había hormigas por la zona del fregadero y al retirar el sofá de su sitio porque le daba el sol directamente, encontramos suciedad, pelusa y plásticos de los anteriores clientes.
El check out de la habitación según mi app de Hoteles.com era a las 12h, pero a las 11:15h nos tocaban a la puerta y nos llamaban por teléfono porque en realidad, era a las 11h.
Y por último, nadie nos avisó de que los derechos de la pulsera de todo incluido era hasta las 15h, ya que nosotros contábamos con el snack para comer, por tema de horarios de comida, y casi nos quedamos sin poder comer, menos mal que el recepcionista llamó al director y nos permitió un sándwich con patatas.