Hotel cerca de metro, tren y de sitios turísticos como la catedral de Notre Dame, la Sainte Chapelle, la Conciergerie, Panteón y en pleno barrio latino, donde hay muchos restaurantes variados y zona animada, aunque el hotel está en una calle tranquila donde no se escucha ruido ninguno. Personal amable y habitación acogedora. Solo una pega, la habitación que nos tocó, en el lavabo tenías que tener la puerta abierta o sino no te cogían las piernas, así que no tienes nada de intimidad..