10/10
Cerramos nuestro viaje en esta encantadora "Winehaus" frente al río Mosela. Sus dueños eran muy amables y super serviciales. Cenamos frente al río una exquisita comida típica alemana acompañada de un vino riesling producido en al misma finca. Fue el mejor recuerdo que pudimos llevarnos de la ruta del vino y nuestro paso por Alemania. Por si eso fuera poco, el hotel era precioso, cómodo y muy limpio. Las habitaciones muy cómodas y exquisitamente decoradas. Un placer!