Nuestra experiencia en el Pir después de leer los comentarios fue mejor de lo esperado. Tras leer las opiniones de otros huespedes ibamos preparados para pasar hambre y dormir entre ardillas pero nada mas lejos de la realidad.
Lo mejor: la playa, sin duda la mejor de ambas islas. Hacer snorkel y ver tortugas, tiburones pequeños y miles de peces a unos metros no tiene precio.
Tambien destacar a los trabajadores: amabilidad, sonrisas e infinita paciencia (la liamos con la caja de seguridad)
Lo peor: la calidad precio es muy muy justita. El sitio es una pasada pero ni las cabañas(a pesar de dormir en una renovada) ni las instalaciones se ajustan al precio
A mejorar: El restaurante. La comida no es una delicia, vale, es cara, si, pero no es tan mala como he leido por aqui. El desayuno bastante bien.
En resumen: al ver la playa se olvida todo