Hotel moderno y bien ubicado muy cerca del centro, con lugares de interés, pastelería y restaurantes cercanos. Nos recibieron bien, amables, aunque tuvimos un problema con otro recepcionista que nos hizo esperar un check in de 5 personas tras hacernos ir a habitación a por efectivo para la fianza de las toallas de spa (que una era tamaño lavabo, no baño).
Es tranquilo a pesar de que la habitación daba a 10 metros de la vía del tren y de que nos despertaran el sábado temprano las limpiadoras y una reforma en la terraza.
Habitación amplia, con calentador de agua y cafes y té (que no repusieron ni limpiaron tazas) y detalles chulos como un hilo musical chill out en el baño.
El desayuno bastante bien aunque falta un poco más de variedad en pasteles y cocina caliente, así como añadir roiboos y zumos de mejor calidad.
La terraza tiene muy buenas vistas y es muy agradable de noche, aunque añadiría mojito sin alcohol a la carta.
El spa pequeño, algunas cosas no iban bien, sin nadie que atendiera, con una pandilla de personas hablando en voz alta, y el agua estaba fría para un spa. La piscina es una zona de aguas donde están los chorros, con escalera casi suelta para bajar. Decepionante. La piscina exterior fría y honda, aunque tranquila por la tarde.
Otro detalle es que es otro hotel "adults only" donde hay niños, cosa que no entiendo pues es como si en un vegetariano sirven carne para no perder público.
Aparcamiento exterior pequeño pero hay sitio para aparcar en los alrededores.