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Cuando llegué entre semana por la tarde, a plena luz del sol, la fachada del edificio por la que esta la entrada, da un poco de miedito, tiene aspecto desgastado, hay bastantes vagabundos/borrachos por las inmediaciones. Pasas una puerta corredera de cristal y tienes que subir por el ascensor a la 1 era plata, donde esta la recepción, hasta llegar ahi, la moqueta se ve sucia, con olor, e interior del ascensor un poco lúgubre, da la sensación de que has metido la pata y estas en un hostal o albergue, ya que cualquiera puede acceder.
La atención de la recepción es cordial, resalto a la señorita del sábado por la mañana que es mucho mas amable.
La parte positiva es que desde el ascensor a las habitaciones hay puertas que solo abren con la llave de tu habitación, y algo de seguridad te da.
La decoración en general es moderna y colorista. La habitación y baño pequeños pero prácticos, se ve limpio, la unico no abrir la ventana por la noche por los ruidos de la gente de la calle, la cama cómoda, algo fundamental para revisar es el ruido que hace el aire acondicionado. En resumen, cumple su funcion para dormir, es centrico, no tiene parking pero hay cerca.
Necesita urgente un cambio en la entrada y la fachada.
Natalia
Se hospedó 2 noches
