10/10
El lugar, una enorme finca que en su día fue plantación de arroz trabajaba por esclavos es actualmente un paraíso. Jardines muy cuidados, entrantes y salientes del río donde pudimos ver tortugas, grullas y aligátores; como digo un paraíso para los amantes de la naturaleza. La « habitación » que es enorme está muy bien diseñada porque se puede convertir en un enorme mirador ya que toda una pared son ventanales de arriba abajo que se cierran con contraventanas, tiene chimenea y es muy acogedora.
Stefan
Se hospedó 1 noche