Nos hospedamos mi esposa y yo para pasar unos días en Roma.
En general bien, no es un hotel de grandes lujos pero es funcional. La entrada está en un callejon, pero las habitaciones dan a una avenida concurrida y ruidosa.
La gente de complexión “fuerte” va a tener problemas, porque tanto la entrada al hotel como la ducha están talladas para gente muy esbelta. Hotel no apto para gente con limitaciones físicas porque la entrada está un piso por debajo y no hay ni rampa ni ascensor, además de que los pasillos son relativamente estrechos.
Reserve la habitación de mayor nivel; amplia, sin alardes, cumple perfectamente. Cuarto de baño con bidé, no es tan amplio como pueda parecer en las fotos pero está bien.
El desayuno está muy bien; browni, bizcocho, croissants variados, yogures, zumo (de bote) y mandarinas. La zona del desayuno es MUY pequeña, da para 3 parejas y comienza a una hora bastante mala para el turista, 7:30, pero es entendible ya que es el propio recepcionista quien lo sirve.
Tienen un muy bonito detalle, y es darte una bolsita con biscotes y mermelada o Nutella para llevar.
Cerca hay una parada de metro para poder moverse, y creo que de autobús también, aunque el metro en Roma se usa más bien poco si quieres conocerla bien.
¿ Repetiríamos ? Puede ser, la experiencia no fue mala.