El sitio está bien pero el problema es que la piscina se llena de gente que solo va a comer al restaurante, siendo los huéspedes los que pagamos las noches los que nos quedamos sin hamacas y sin poder descansar y estar tranquilos. Además se juntaba mucha gente dentro de la piscina, no habiendo distancia de seguridad. El desayuno escaso, solo ofrecen pan con tomate o mermelada, no habiendo variedad para elegir. Cenamos una noche y estaba rico pero habíamos reservado mesa y no la tenían preparada, poniéndonos en medio de la terraza, que pasaban los niños corriendo y nos daban golpes... Además que no había distancia de seguridad con las mesas de alrededor.