El sitio es súper acogedor, tranquilo, limpio, desayunos suuuper ricos y la familia que lo regenta son un encanto, se desviven por ayudarte y siempre con una sonrisa, especialmente la mujer.
Como única pega si se le puede poner, es que no está en el centro, pero está a 10/15 minutos andando y para nosotros eso era lo que buscábamos porque no queríamos los ruidos del centro, y rukahue ofrece silencio total.
Muy muy recomendable.
Muchas gracias por la estancia a la familia de rukahue!