Me esperaba un “hotel” como tal, con Lobby tradicional, personal ataviado y todo. En su lugar, entramos a la sala de una familia que, muy amablemente y con mucha gentileza, nos llevaron a nuestra habitación, limpia, bien decorada, moderna, con su baño completo y todos los amenities. La habitación muy buena. El sitio ubicado inmejorablemente, justo al lado de la Piazza Navona. El desayuno muy cuidado e incluido. Pero ojo, no es un hotel como tal. Eso fue una sorpresa para nosotros. Sin embargo, hicimos prejuicios a un lado y disfrutamos nuestra tarde en Roma para luego ir al sur de Italia.