Pasamos unos días en temporada baja, nos tocaron días de lluvia, pero siendo la cabaña luminosa, confortable y bien equipada, daba gusto quedarse también adentro. Como es sabido, la contracara de la tranquilidad de temporada baja es encontrar cietos restaurantes y lugares cerrados, hay que fijarse bien si está abierto lo que uno quiere visitar por la zona. Estuvimos en sea quarters, no tan cerca de la playa (2 millas) como hubiéramos imaginado, pero el camino por el barrio lleno de árboles y el golf resulta muy placentero. El personal del lugar muy amable y atento.