El hotel está situado en una zona tranquila, a pocos pasos del Museo de Arte Islámico (imprescindible su visita) y muy cerca del barrio viejo de Souq Waqif (mercado general y restaurantes). Es un hotel moderno, con detalles de lujo (incluido el precio de las bebidas y demás extras), limpio y con una excelente atención de todo el staff. El desayuno es agradable y tiene una linda piscina en el roof con unas vistas impresionantes.
Si bien Doha es pequeña (con dos días es suficiente), casi no existe el transporte público, por lo que hay que moverse en taxi. Aquí les doy un consejo: tomar SIEMPRE los de color azul turquesa, que cuestan la tercera parte del resto. Incluso para ir y volver al aeropuerto.
En general, la gente que viene a Qatar lo hace por negocios o como parada intermedia para ir a otro lugar, por lo que no es muy común ver gente caminando por las calles. Incluso, hay semáforos peatonales que no funcionan.