La atención al visitante patética. No hacen ningún esfuerzo por hablar más despacio cuando saben que no somos de allí. Las maletas las dejamos en una habitación justo detras del mostrador, pero guardandolas nosotros, cerrando con llave nosotros y entregando la llave en el mostrador nosotros. Vamos, todo autoservicio.
Hotel sin ascensor, tuvimos que subir nosotros (contando con un niño de 5 años) las maletas hasta un tercer piso, por unas escaleras con moqueta que no cabía el pie completo.
Nuestra habitación era el bajo cubierta, y una de las camas tenia una viga que no permitía ver la televisión.
¡¡No había armario!! Un mal colgador (un burro) por en medio.
y todo esto por 165 libras!!!
las camas eran muy cómodas pero sin sábana, con una funda nórdica que a saber cada cuánto cambiaban. Y para el baño, una única toalla para cada uno, nada de toalla de lavabo.