Una estancia absolutamente maravillosa, el servicio es un auténtico espectáculo, fuimos un grupo de 3 parejas a desconectar unos días ¡y vaya si lo fue! El desayuno... ¡una maravilla! Los huevos a la carta, como tú quieras con diferentes opciones e ingredientes, los crepes, waffles, pancakes americanos... todos a la carta. Zumos y smothies naturales muy ricos, en fin. La experiencia fue muy grata y recomendaremos a todo el mundo a quedarse en este hotel, ¡de hecho, nosotros volveremos muy pronto!
La piscina es ligeramente pequeña, pero... ¡No tiene horario de cierre! te puedes bañar por la noche porque es climatizada, el bar piscina cierra algo temprano pero, está el Kentia pegado a la piscina y puedes pedir lo que quieras de ahí y te lo acercan a la piscina.
La chica del bar piscina, muy resolutiva, todo el personal excelente, una sonrisa en la cara todos los días de todo el equipo.
El restaurante Kentia, otro show, si te hospedas en el hotel, tienes que probar la comida ahí, sin duda para repetir.