Lo malo, es que al no tener ventiladores, había que dejar las ventanas abiertas, y eso lleva a unos cuantos inconvenientes, como tener que escuchar a las siete de la mañana los carros de la limpieza y maletas. Además, si estás en uno de los bajos, no puedes abrir la "persiana" metálica para que entre más aire, porque te ve todo el mundo. Y convendría hacer saber a los huéspedes que no se debe hacer ruido de 00:00 a 08:00, por ejemplo, ya que se oye todo, desde conversaciones acaloradas hasta actos sexuales, por tener las ventanas abiertas...
Lo bueno, muy bonito el sitio, las vistas de la piscina y de fácil acceso en coche, y nos gustó mucho que se puedan usar los servicios y actividades del resto de hoteles Port Blue. El personal de los hoteles, piscinas y restaurantes muy agradables, y la limpieza está bien también.