Vienen a buscarte al aeropuerto, te regalan fulares, toallas perfumadas y bebidas frescas en en la furgoneta, a la llegada fruta y pasteles, sonrisas por todas partes, habitaciones inmensas, impecables, desayuno abundante, restaurante con representaciones de baile, un masaje y una cena gratis... No sé qué más queremos para ser felices. Volvería mil veces.