A pesar de estar ubicado en un sitio privilegiado, con vistas impresionantes a los viñedos, el hotel está muy abandonado. El mobiliario está muy descuidado pero lo peor, e increíble, es que una sola chica se encarga de todo: recepción, cocina, mesera, limpieza, todo! El resultado es el lógico: ninguna atención, ni servicio. Total decadencia!