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Elegí esta propiedad por lo cerca qué está de la estación de cruceros (una caminata de unos 150 metros a lo más).
Si bien, el concepto del lugar es mantenerse fiel a su origen y tienen mobiliario y decoración de principios del siglo XX (evocando los hoteles de esa época), no todo es positivo al respecto.
Nos asignaron una habitación qué tenía una ventana que no podía cerrarse, por lo cual había una corriente de aire insoportable. El baño evocaba épocas pasadas, pero considero que exageraron al mantener un wc con tanque de agua gigante (desperdiciaba mucha agua). Esa habitación tenía olor a viejo.
Pedimos cambio de habitación, debido del problema de la ventana, lo cual nos proporcionaron sin problema. La segunda habitación estuvo mucho mejor, y más moderna (un baño de la época, por ejemplo), pero fue difícil quitarme la primera impresión.
Las habitaciones tienen unas ventanas enormes, cubiertas por persiana, las cuales estaban un poco polvosas.
En general, salvo por la ubicación, perfecta para tomar un crucero, sentí que por ese precio pudimos recibir más.
