El hotel tiene la recepción y el comedor en la cuarta planta de un edificio de viviendas, ubicado a 10 minutos andando del Vaticano. Nuestra habitación era muy nueva y al estar en la segunda planta muy muy silenciosa (imagino que las de la planta 4 no lo serán tanto por el tránsito de gente). Las camas y las almohadas comodísimas y la calle muy tranquila y silenciosa. Nos sorprendió el desayuno, no solo por la calidad (excepto los zumos), sino que tenían una buenísima.oferta para mi hijo celiaco (bolleria incluida), y le cocinaban huevos y bacon aparte. Muy buena experiencian(relación calidad-precio, por supuesto un hotel puede ser mucho mejor, pero por el precio pagado el hotel superó las expectativas).