En general el hotel fue bueno, aunque algunos de los huéspedes en habitaciones cercanas eran muy ruidosos (y no tuve forma de comunicarme con la recepción, pues no hay citófono o teléfono en la habitación). Adicionalmente, el sábado en la noche, en los alrededores del hotel también se escuchó bastante ruido y casi no pude descansar. Por otra parte, el personal fue amable, excepto el "mesero" que atiende a la hora del desayuno (me atendió de mala gana después que le dije que no quería jugo de naranja, y al día siguiente cuando llegué 5 min pasada la hora del desayuno, ni siquiera tuvo la delicadeza de decirme que ya no estaban atendiendo, simplemente se sentó en una silla cerca de la cocina y fue una de las señoras que estaban en la cocina quien me dijo en voz alta que ya no estaban sirviendo desayuno).