El hotel está frente a la Estación de tren y bus, aunque algo más lejos del centro.
Alguno de los recepcionistas habla español.
L a habitación era de buen tamaño, bien insonorizada, con aire acondicionado, dos camas cómodas, moqueta, nevera, caja fuerte, portamaletas, una pequeña mesa, una silla, sin armario (con una pequeña barra con tres o cuatro perchas), cafetera, televisión sólo con canales franceses, baño espacioso con bañera. Todo ello nuevo y limpio.
El desayuno (10,5 euros por persona) era bastante aceptable con buen café, bollería, panes, tostadas, crepes, macedonia de frutas, yogures, jamón, queso,...
El único fallo fue que en la habitación faltaba el mando a distancia de la tele y cuando lo pedí la primera noche no me consiguieron ninguno que funcionase.