El hotel ha sido renovado recientemente y lo han dejado muy bien. El personal excepcional, la comida muy buena, y con variedad suficiente (muy recomendables las paellas, que las ponen difernetes todos los días en el buffet de la comida), la limpieza sobresaliente, y con una comunicación inmejorable, en primera línea de playa y a 500m de la ciudadela. La piscina no es muy grande pero suficiente para refrescarse, y el agua está tratada de alguna manera porque deja la piel como si no te hubieras bañado. Los peros: el baño es muy estrecho, la cabina de ducha y el inodoro comparten el mismo espacio, y se siente como el WC de un avión. Gente "grande" va a tener problemas tanto en la ducha como en el inodoro. Otro gran "pero" es a los huéspedes alojados en la cuarta planta, ya que en la azotea hay un Lounge Bar, donde en ocasiones el DJ se viene arriba y pone la música excesivamente alta, por lo que hasta la 1:30 o 2 am, es difícil descansar, ya que luego se ponen a recoger las sillas y a arrastrarlas, y lo mismo ocurre a las 8 de la mañana, que se ponen a montar la terraza. Así que en resumen, si quieres descansar, hay que evitar la cuarta planta. Y por último, el café del desayuno, que es de máquina (horrible) o de cápsulas (algo menos horrible). Sugeriría que pongan termos con café de cafetera de verdad. Por lo demás, el hotel fantástico.