Nos fue muy bien a mi esposa y a mi. Nos sorprendió lo cerca que está de la estación de tren, y aunque no está cerca del centro, enfrente hay una parada del bus que lo deja a uno allí. De regreso, lo que hacíamos en taxi, es muy barato porque la ciudad es pequeña y no hay tráfico. El precio nos incluyó el desayuno y el restorán es lindo, las mesas puestas con mucho esmero que resultan coquetas. Todo muy limpio y el personal del hotel muy amable y accesible. El jardín lindo y puede uno llevar una botella de vino o lo que se prefiera, pudiendo uno tener una velada agradable con quien se viaja.