Sabíamos que el hotel estaba retirado del centro y que necesitábamos nuestro coche para los desplazamientos, pero esperábamos algo más alrededor. Por lo demás; sin sorpresas, muy funcional, desayuno correcto, al igual que el personal. Estábamos en la planta baja y, aunque no se oye ruido del exterior, todas las noches tuvimos gritos y carreras de niños y de grupos de jóvenes dentro del hotel sin que nadie, ni sus familiares ni personal del hotel, les llamara la atención. Es cuestión de educación o mejor dicho de falta de educación y respeto hacia el descanso de los demás, algo que debe ser corregido. Por último, ciertos detalles de mi habitación que merecen ser tenidas en cuenta: el agua de la ducha sale al suelo porque la mampara es muy pequeña; el desagüe del lavabo no traga bien el agua y hay cierto olor bajantes en el cuarto de baño, algo muy notorio cuando entras en él. Muy buenos los complementos del baño y se agradece el calentador de las toallas de baño.