La ubicación del hotel es muy buena, ya que a escasos 100 metros hay un ascensor público que te lleva muy cerca del santuario, ahorrándote 5 o 10 minutos de caminata, y sobre todo una buena cuesta. Extrañamente para ser un apartamento te cambian las toallas a diario y el papel higiénico. Por la noche no hay nadie en recepción, y a mediodía tampoco -deben marchar a comer-. El parking es muy pequeño, pero hay una zona municipal justo detrás -pagando en el parquímetro, claro-, y un pequeño parking de un cementerio justo al lado del parking hotel -este es gratis-.