La habitación es muy pequeña, la cama doble no es de matrimonio (ni 135 cm), es una cama individual más ancha. El armario es minúsculo y apenas hay espacio para dejar las maletas. Las sábanas y toallas estaban limpias pero los grifos estaban llenos de cal, sucísimos, al igual que la ventana y la moqueta del pasillo (todos los pasillos olían a polvo de moqueta no mantenida adecuadamente). En general, las instalaciones están en mal estado. También había algo de moho en la ducha pero siendo Londres y no habiendo ventana, es comprensible. El personal correcto, no especialmente amable pero tampoco maleducado. Ahora bien, la localización es buenísima y para pasar una noche sin ninguna pretensión (como digo, las sábanas, toallas y supercicies de la habitación se notaban limpios) puede cumplir su función.