Lo que más me gustó fue la amabilidad y atención de los empleados. Menos cuándo llegué al hotel, en la recepción me estaba atendiendo un chico en prácticas , Kevin, lo estaba haciendo bien y como podía, mientras que otra mujer estrada en edad pelo moreno, lo reprendia por todo... quedando ella peor, como una auténtica amargada, en vez de apoyar al chico.
Por otro lado, la habitación era perfecta.
Sin embargo la comida no servia para nada.