Mi estancia de 3 noches en el St. Regis Hong Kong fue simplemente excepcional. Desde el momento de la llegada, el servicio personalizado y la atención a los detalles fueron sobresalientes. La ubicación del hotel es perfecta, con fácil acceso a los puntos más importantes de la ciudad. Las habitaciones eran espaciosas, con una decoración impecable y vistas impresionantes. El servicio de mayordomo, disponible las 24 horas, añadió un toque exclusivo que realmente elevó la experiencia. La comida, simplemente ¡guauuu!, una delicia gastronómica en cada plato. Además, el último día nos permitieron usar las instalaciones del spa para ducharnos antes de nuestra salida, lo que redondeó una experiencia de lujo inolvidable. ¡Un lugar al que sin duda volveré!