Edificio reformado por lo que todo está nuevo salvo las ventanas...que son papel de fumar y se oye todo como si estuvieses en la calle, sobre todo los camiones de la basura y del cristal temprano por la mañana! El hotel es muy mono y decorado con mucho gusto. Las chicas de recepción son muy majas.
La terraza está separada del edificio, hay que salir de la cafetría para acceder a ella (está como a unos 15m.) y llevar la bandeja consigo para el desayuno ya que no sirven en mesa.
Al ser nuevo, tienen un poco de descontrol con el desayuno. Se les viene un poco grande. Poco personal y siempre faltaba algo, no había tazas, o no había vasos, o no había cucharillas, o no había zumo y había que reclamarlo todo varias veces. No son muy ágiles con el desayuno y la colocación de las mesas tampoco es muy cómoda para el desayuno cuando el hotel tiene bastante gente. Tardan en recoger las mesas con los restos de las personas que estaban antes, y la gente que vuelve de la terraza con su bandeja llena de cosas no tiene dónde dejar la bandeja. Deberían de mejorar la organización del desayuno.